Cada modelo, cada tipo de fabricación o cada acabado requieren un tipo de piel (enlace). Por eso veréis que cada producto da unas opciones distintas de curtición, colores o grosor. Es muy importante para que la pieza funcione estructuralmente bien y dure mucho tiempo.

La piel es un material vivo, sobre todo cuando son tan naturales como las nuestras. Por eso, al colocar los patrones sobre la piel, se debe escoger con cuidado el sentido de la veta y el dibujo que presentará esa pieza. Esta es la razón principal por la que no hay dos productos iguales, incluso cortados de la misma piel.

Como os hemos explicado (enlace presentación), en el taller todos hacemos de todo. En el montaje y el cosido es donde más se nota si una persona sabe hacer una pieza de principio a fin, lo cual es algo imprescindible en un trabajo tan artesano.

En las costuras hechas a máquina, quizá sabéis que intervienen dos hilos. Lo habitual es poner un hilo más fino en la parte de abajo porque facilita mucho las cosas. Pero la resistencia de la costura la da el hilo más débil; por eso nosotros siempre cosemos con el mismo grosor arriba y abajo.

La experiencia nos ha enseñado cómo evolucionan los modelos con el uso, por eso sabemos dónde conviene reforzarlos. En muchos casos son detalles que ni se notan a primera vista, pero sabemos que el tiempo les dará su valor.

Hay piezas que vuelven al taller después de 10, 12 años. ¡Nos encanta verlas! Nuestra apuesta es a largo plazo, porque quizá te dure tanto lo que compres que tardes mucho en volver, pero sabemos que así volverás ;-)